lunes, 22 de septiembre de 2008

Otoño I

Los días se suceden de gris en gris.
En el aire,
una humedad que se asemeja a la memoria
se posa sobre mi nuca.
No me detengo:
dejo que las sensaciones sin nombre me aniden.
En ello el placer de lo secreto,
las cosas antes de ser nombradas
flotando en el negro previo al sueño,
y el sueño donde los nombres no corresponden
a las cosas de la vigilia.
Y ando
de palabras olvidadas
lamiendo al mundo.
lf.

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